COLLAGES
El Cuadro en el Ojo
Gonzalo Vélez
Uno Mas Uno, 1991
COLLAGES
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El collage es una forma de expresión plástica que parte esencialmente de desprender imagines de su contexto original y conjuntarlas en otro espacio en el que su significancia se altere. El juego de relaciones entre las imágenes que el collagista selecciona para su obra da origen a un conjunto de elementos que refieren algo Nuevo y diferente de la función que primeramente cumplían. La intención es lúdica y conceptual; reciclaje y ejercicio creativo.
Me he de referir aquí a la exposición de collages que se exhibe en estas fechas en el Centro Cultural Arte Contemporáneo. Cabe ser estricto en la crítica, porque con la abundancia de recursos que dispone este museo da coraje que las cosas no funcionen bien. Lo primero sería mencionar las “medidas de seguridad”, supongo que eso sean. Que esté prohibido pasar con navajas, botellas con ácido o bombas, lo entiendo. Pero si uno lleva un libro, así sea pequeño y en rústica, como el que yo llevaba, o una pluma, aunque no escriba, alguno de los trajeados cuidadores de la entrada ordenará que se deposite de inmediato en el guardarropas. Así lo hice para yo para no armar alboroto. Commencé, pues, el recorrido, lapicero en mano, cuando a la mitad otro de los guardias se me para a escasos centímetros de las narices y me solicita amablemente que regrese pero ya al guardarropas para canjear mi lapicero por un lapis, porque lapiceros, incluso uno de os que venden en el metro como el mío, prohibidos están.
Pero no solo es que los cancerberos intmiden mirando fijamente al visitante mientras trata de observar en paz los cuadros, como si se tratara de un maniac destructor de obras de arte. También es frecuente en ese lugar que la nuseografía sea poco cuidadosa en los detalles, como el recorrido, la lectura de la muestra y la iluminación. En el caso de esta exposición hay puntos que no quedan muy claros: se pensaría que el collage es cualquier cosa que el artista pegue sobre una tela o un papel; además collage se menciona como una técnica, como si se tratara de un óleo o grabado. Y no. Por otro lado, hay demasiada obra, y al no guardarse un orden cronológico, ni temático, ni por nacionalidad, ni por corriente artística, el recorrido resulta algo cansado.
Entre todo, hay buenas obras y grandes artístas: Warhol, Hockney, Lichtenstein, Beyus, Max Ernst, Jasper Jones, Rauschemberg y otros más: ¿son todos collages? Si son el de Remedios Varo, Agusín Lazo o Alberto Gironella, por ejemplo. En lo que a esta columna atañe, se exhibe una obra de Adolfo Patiño, Miguel Ventura, Roberto Turnbull, Eric del Castillo, Armando Cristeto y Karina Morales, respectivamente. Me parece muy positive que se haya incluido obra de artistas jóvenes mexicanos en esta exposición.
De éstos, los que preferí fueron: el de Ventura, que consiste en una infinidad de palabras recortadas de una tipografía como de 11 puntos, cada palabra tachada y colocada minuciosamente una junto a otra hasta cubrir una superficie considerable, en un trabajo demensial; el de Del Castillo, el formato más pequeño de la muestra unos 20 por 10 centímetros, que es el único que juega con planos hacia afuera, abandonando las dos dimensiones; y el de Morales, un rompecabezas topográfico de un collage con fotos, textos y otras imágenes, como la de un angelito sobre un disco en un fonógrafo.
Estuve por sugerir que instalaran a la entrada un aparato de rayos X y una antesala para cateo estilo policia judicial, pero con todo me dio gusto que hubiera menos guaruras, que no son pocos, que visitantes en el museo, aunque se le trate como si fueran analfabetos o terroristas.